Desde el 2013 el Recorrido al Mictlán toma esta leyenda como inspiración y metáfora de que los vivos podemos transformar nuestro contexto.
En Malinalco, la fiesta de Día de Muertos es una de las tradiciones más arraigadas. Las casas de quienes perdieron a un ser querido durante el año se abren; la gente entra para compartir recuerdos y alimentos con la familia, así como para velar el altar. La alegría y la pena se abrazan. El aroma del copal y el brillo de la flor de cempasúchil nos conectan con un aspecto ritual y mágico, íntimo y comunitario, para agradecer a los que se han ido y hacerles saber que no les olvidamos.
Con el Recorrido al Mictlán, construimos una memoria viva que fortalece el tejido social. Aunque falta camino por recorrer, reconocer y celebrar lo que hemos logrado de la mano de nuestra comunidad durante más de diez años es parte de la construcción de memoria viva por la que trabajamos. Te invitamos a conocer nuestra historia y a formar parte de ella.